Desde los 11 años el bello facial apareció en su rostro, por lo que sufrió mucho bullying de sus compañeros de escuela. Cuando llegó a la adolescencia, se depilaba con cera dos veces a la semana para tratar de eliminar el vello, aunque las burlas no disminuían.

Durante estos años, Kaur intentó suicidarse, pero decidió cambiar de opinión y aceptar su barba, para así cambiar los pensamientos y comentarios negativos, en energía positiva.

En una entrevista para el programa británico This Mornind, aseguró que cuando aprendió a amarse a sí misma, tener confianza y aceptarse como era, su vida cambió por completo.
Ahora ama su barba y tiene un récord mundial.